Esa antiestética marca en la parte de atrás de la cabeza evidenciaba que le habían extraído una tira de pelo -intervención muy en boga hace unos años, hoy en desuso- para implantársela en una zona más necesitada. Como detectives capilares, Emilio, que hoy trabaja como coordinador de pacientes en una prestigiosa clínica, y sus adláteres han entrenado su mirada para detectar en menos de un segundo si un futbolista o un cantante se ha puesto grafts con la técnica FUE o si lleva el viejo método de la tira o FUT, si su renacida cabellera es producto de la medicación o de un maquillaje de queratinas como el Toppik.