Uruguay logra imponer inicialmente su juego, con un gran marcaje en la mitad de la cancha logrando que el juego de Brasil (el famoso jogo bonito) no funcionara; no pudo tener mejor comienzo ya que a los 19 minutos con gol de Cubilla Uruguay se adelanta en el marcador. En el segundo tiempo, en un ataque de Uruguay, Dagoberto Fontes comete un error en un pase (que iba dirigido a Cortés) que se convirtió en un rápido contragolpe de Brasil y que terminó en el segundo gol por medio de Jairzinho al minuto 76, y cerca del final, en el minuto 89, tras un pelotazo que terminó disputándose entre el capitán Luis Ubiña y Pelé, ganando Ubiña con cabezazo, la terminó pescando Rivelino, que de un toque se la devuelve a Pelé, acercándose al área uruguaya y devolviéndosela a Rivelino que con un remate marca el 3-1 final para los brasileños (que a la postre, terminaría como campeón del mundo).